
El chocolate bean to bar es muy diferente al chocolate industrial que conoces.
Parece una obviedad, pero no lo es.
Las diferencias a las que nos referimos van más allá de las que, en mayor o menor medida, ya sabes: el proceso de elaboración, la calidad, las propiedades organolépticas del chocolate, etc…
La distinción entre estos dos tipos de chocolate existe incluso antes de que el primer grano de cacao pase por cualquier tipo de transformación.
Las mayores diferencias entre un bean to bar y un chocolate industrial se reflejan en los valores éticos de cada uno de ellos.
Principios éticos fundamentales del chocolate bean to bar
La implicación de los chocolateros con el chocolate elaborado desde el grano del cacao hasta la tableta, no comienza en el obrador.
Comienza en el campo de cultivo del cacao.

Existen unos valores éticos inherentes al chocolate bean to bar que no se dan en la mayoría de chocolates industriales.
Para ponerte en contexto la importancia de estos valores, debes saber que la mayor parte del cacao proviene de países de economías pobres.
Según datos del año 2020, los principales exportadores mundiales de granos de cacao fueron Costa de Marfil, Ghana, Ecuador, Camerún y Nigeria.
Principales diferencias entre el chocolate bean to bar y el industrial en cuanto a criterios éticos.
Sostenibilidad medioambiental:
La gran industria chocolatera tiene que hacer frente a una creciente demanda de su producto, esto hace que se requieran grandes cantidades de cacao.
¿Cómo consiguen suplir esta demanda de cacao?
Favoreciendo los monocultivos. Grandes extensiones de terreno dedicadas en exclusiva al cultivo de este fruto.
Cuando llega el momento en que debido a una sobre explotación de la tierra ese monocultivo no produce la cantidad necesaria, en lugar de utilizar técnicas para recuperar ese suelo, mucho más caras, trasladan ese cultivo hacia nuevos terrenos.
Esta es la principal razón por la que el cultivo de cacao es una de las causas de la deforestación mundial.
Pero hay mucho más.
Estos extensos monocultivos suelen necesitar grandes cantidades de fertilizantes, y también requieren mucho riego para mantener el suelo en las condiciones óptimas de producción.
¿Por qué el chocolate bean to bar es diferente?
Porque la mayoría de fabricantes bean to bar suelen trabajar con micro lotes de cacao de pequeñas plantaciones.

En muchas ocasiones, estos pequeños cultivos se gestionan bajo sistemas agroforestales. Esto quiere decir que los árboles de cacao crecen junto a otras especies de árboles en un mismo terreno, favoreciendo la existencia de una mayor biodiversidad.
Gracias a esta biodiversidad la presencia de materia orgánica en el suelo es mayor. Como consecuencia de esto, se utilizan menos fertilizantes y la necesidad de regadío es mínima.
Todo ello hace que estas pequeñas plantaciones sean más respetuosas con el medio ambiente que los grandes monocultivos.
Los elementos de la cadena de valor del chocolate bean to bar están identificados de forma precisa, esto nos asegura que el cacao que utilizamos se ha cultivado de forma sostenible.
Lucha contra la pobreza y el trabajo infantil
Uno nuestros mayores objetivos como chocolateros bean to bar, es luchar contra la pobreza y la esclavitud infantil en los países productores.
Solo un ejemplo, en Costa de Marfil, las familias que se dedican a este cultivo tienen unos ingresos inferiores al 37% de la renta mínima de subsistencia.
En cifras aproximadas, cuando compras una tableta de chocolate industrial, un 40% del precio es para los grandes fabricantes y entre el 3% y el 7% sería lo que reciben los productores.
¿Qué consecuencias tiene para estas familias vivir bajo estos umbrales de pobreza?
Muchas.
Pero quizás, la más triste, es que la mayoría de ellas deben recurrir al trabajo de sus hijos e hijas menores de edad para sacar adelante el cultivo familiar de cacao.
Fuerzan a estos niños y niñas a cambiar los libros por el trabajo duro.
Deben realizar tareas peligrosas para cualquier adulto, imagina lo que supone para estos niños. Por ejemplo, acarrean con pesadas cargas o hacen uso de machetes u otras herramientas igual de peligrosas, y en absoluto acordes a su edad.
Además, los escasos ingresos de estas familias dificultan, todavía más, el acceso de estos niños y niñas a una educación.
Los fabricantes de chocolate bean to bar pagamos a los productores de cacao un precio muy superior, en algunos casos más del doble, al que pagan las grandes industrias chocolateras.

Debes saber que, en realidad, no estamos pagando de más, no se trata de ningún donativo.
Todo lo contrario.
Estamos pagando un precio justo y acorde a la calidad del cacao que compramos.
Se trata de precios acordados con el productor y libres de la incertidumbre de las fluctuaciones en los grandes mercados mundiales de cacao.
De esta forma, conseguimos que las familias que se dedican al cultivo de cacao obtengan los recursos necesarios para no recurrir al trabajo infantil.
Así, los niños y niñas pueden hacer lo que deben hacer: formarse y jugar.
Ser niños, al fin y al cabo.
Trazabilidad del cacao
La trazabilidad total es otra de las principales diferencias entre el chocolate industrial y el bean to bar.
En los chocolates bean to bar, toda la cadena de valor es rastreable y transparente. Conocemos a la perfección cada uno de los eslabones de esa cadena.
Sabemos en qué lugar exacto se ha cultivado nuestro cacao, las condiciones cómo se ha cultivado y si se han respetando los derechos de los productores de esos granos de cacao.
Sobretodo, gracias a esta trazabilidad completa nos aseguramos que los trabajadores de la plantación tienen unas condiciones de trabajo dignas, y que en esas plantaciones no existe trabajo infantil.
¿Qué ocurre con la trazabilidad en las grandes industrias chocolateras? Pues que no existe esa total transparencia de la cadena de valor.
De hecho, se calcula que las grandes empresas chocolateras pueden rastrear menos del 30% de su cadena de valor.
Esta opacidad favorece que se sigan produciendo prácticas insostenibles desde el punto de vista ético, moral y medioambiental.

Quizás te preguntes, ¿cómo podemos erradicar estas prácticas propias de épocas remotas?
Llegados a este punto, el compromiso debe ser mutuo.
Por nuestra parte como fabricantes, pero también por la tuya como consumidor.
Como has podido comprobar, el chocolate bean to bar es mucho más que un chocolate elaborado desde el haba a la tableta.
Los chocolateros que elaboramos el chocolate bean to bar estamos muy orgullosos de saber que con nuestro trabajo contribuimos a erradicar prácticas que fomentan la esclavitud, y que ponen en peligro la sostenibilidad ambiental del planeta.
Nosotros nos comprometemos a elaborar nuestros chocolates siempre bajo estos principios éticos.
En nuestra opinión, no hay chocolate bean to bar si no está ligado a un compromiso de justicia social y medioambiental.
Por tu parte, como consumidor tienes que adquirir el compromiso de saber qué es lo que estás comprando.
Y no nos referimos solo al aspecto físico o a los ingredientes, como puedes imaginar.
En este caso, nos referimos a los valores que defiende y las injusticias por las que lucha el chocolate que saboreas.
En las manos de todos nosotros está que lo único amargo del chocolate sea el sabor del cacao.