Campo de cultivo de cacao

La naturaleza nos regala los mayores tesoros, y el árbol del cacao es un buen ejemplo de ello.

Este particular árbol nos ofrece sus frutos desde la antigüedad

De hecho, viene fascinando a la humanidad desde hace siglos. La admiración por este árbol nos acompaña desde las civilizaciones mesoamericanas hasta la actualidad. 

Y estamos seguros de que si somos capaces de preservar el medio ambiente, continuará generando los mismos sentimientos a las próximas generaciones.

El caso es que la admiración y el respeto que genera este árbol frutal está más que justificada.

Por ejemplo, los frutos que nos ofrece tienen un valor que va más allá de lo que puedas percibir a simple vista.

Imagina a la naturaleza ofreciéndonos el siguiente trato. 

La madre naturaleza pone a nuestro alcance el árbol del cacao. Si nosotros, simples humanos, somos capaces de realizar un pequeño esfuerzo, a cambio nos recompensa con un universo de sabores, aromas, texturas, creatividad y placer.

Estarás de acuerdo con nosotros que existen muy pocas frutas que nos den tanto por tan poco.

El árbol del cacao y su historia

El árbol del cacao o cacaotero, cuyo nombre científico es Theobroma cacao, es un árbol perteneciente a la familia Malvaceae y tiene su origen en los bosques amazónicos de América del Sur.

Aunque el origen del cultivo del cacaotero para la obtención de cacao guarda cierto halo de misterio, sabemos que se remonta a las antiguas civilizaciones precolombinas. 

A pesar de que los restos más antiguos de cacao se hallaron en la civilización Mayo Chinchipe Marañón entre Perú y Ecuador, hacia el 3500 aC, fueron los Olmecas los primeros que cultivaron este árbol para obtener su fruto entre los años 1500 a.c. y 400 a.c. 

Según cuenta la mitología prehispánica de México, en su origen están involucrados dos dioses: Ek-chuah, el dios del cacao de origen Maya y Quetzalcóatl, de origen Azteca.

La mitología Azteca explica que el dios Quetzalcóatl descendió del paraíso a la tierra y regaló a los hombres el árbol del cacao.

Además, Quetzalcóatl enseñó a los humanos cómo debían cultivarlo y el modo de obtener una bebida exquisita de sus semillas, antes reservada al disfrute de los dioses.

Por este motivo, cuando el botánico sueco Carl Von Linneo catalogó este árbol por primera vez en el año 1753 como Theobroma cacao, quiso hacer un homenaje a su origen, ya que su significado es “alimento de los dioses”.

Un nombre más que apropiado, ¿no crees?

Ten en cuenta que las antiguas civilizaciones precolombinas consideraban el cacao como un alimento sagrado, ofrecido por los dioses y con unas propiedades divinas.

Era tal su valor que utilizaban los granos de cacao como moneda y como pago de tributos.

De hecho, era considerado todo un símbolo de abundancia y riqueza.  Además de moneda de cambio, las semillas de cacao tenían numerosos usos cosméticos y medicinales. 

Por ejemplo, con la manteca del cacao elaboraban pomadas y ungüentos y con las semillas machacadas preparaban una bebida añadiendo diferentes especias y condimentos que les proporcionaba una energía extraordinaria. 

Todas estas propiedades de la semilla del cacao estaban relacionadas y se explicaban por su origen divino.

Cultivo del árbol de cacao

El árbol de cacao, o cacaotero, se cultiva principalmente en las regiones tropicales del planeta.

Sólo algunas zonas del mundo con este clima tropical son las afortunadas de poder acoger este tipo de cultivo. 

Por lo tanto, los principales productores de cacao se encuentran en países de América del Sur, África y Asia. 

El árbol del cacao es un árbol de hoja perenne y requiere de un clima cálido y húmedo para su desarrollo óptimo. Además, necesita de suelos bien drenados y ricos en nutrientes como el nitrógeno, magnesio y potasio.

Así mismo, los hábitats naturales idóneos para su desarrollo son los bosques húmedos tropicales de clima cálido con las siguientes características:

  • temperaturas entre 18ºC y 31ºC, 
  • un índice de luz del 50%,
  • una humedad del 70%

Una vez germina una semilla de cacao, se necesita paciencia y cuidado para que el árbol crezca adecuadamente. 

Piensa que son necesarios de tres a cinco años para que el árbol madure y produzca sus primeros frutos.

Y una vez el cacaotero da sus frutos, también llamados mazorcas o vainas, estos tardan entre 5 y 6 meses en madurar. 

Mazorca de cacao en el cacaotero
Foto: Kina Chocolates

Se trata, eso sí, de un árbol con una longevidad de hasta 40 años.

Aunque un árbol de cacao silvestre podría llegar hasta los 20 m de altura, en los cultivos de cacao procuran que la altura de los árboles no sobrepase los 3 o 4 m. 

Ten en cuenta que, de no ser así, la recolección de los frutos por parte de los agricultores sería muy complicada.  Podrían, incluso, estropear el tronco y las flores. 

Y, por otro lado, este tipo de árbol necesita de la sombra que le proporcionan otras especies de árboles.

El cacaotero es una especie cauliflora, significa que las flores tienen la particularidad de crecer directamente del tronco y las ramas principales.

Estas preciosas flores nacen suspendidas por un pequeño tallo o pedúnculo, son pequeñas y se agrupan en una especie de racimo llamado cojín floral. 

Foto: Kina Chocolates

Su aspecto es el de una estrella de cinco puntas y su color es diferente de acuerdo con la variedad del cacao. Pueden ser rosadas, blancas o de color púrpura.

Todas ellas preciosas.

Por increíble que parezca, las flores del cacaotero son hermafroditas. Es decir, poseen órganos reproductivos masculinos y femeninos. 

A pesar de ello, una flor de cacao no se puede autopolinizar y necesita del polen de otra flor, del mismo árbol o de otro distinto, para poder germinar.

Esta polinización la suelen llevar a cabo los mosquitos que se desarrollan alrededor de los árboles, y en ocasiones es necesario la intervención humana.

Puede que te sorprenda, pero sólo se llegan a polinizar un 10% de todas las flores.

Un solo árbol de cacao puede llegar a producir por cosecha alrededor de 15 a 25 mazorcas. 

Y cada una de estas mazorcas encierra en su interior entre 30 y 50 granos de cacao, envueltos y protegidos en una pulpa blanquecina y gelatinosa llamada mucílago.

Hoy en día, países como República Dominicana, Indonesia, Ecuador, Perú, Ghana y Costa de Marfil son algunos de los principales productores y exportadores de cacao a nivel mundial.

Como ves, el árbol del cacao tiene una preciosa historia detrás y posee unas características que hacen de este árbol una especie única.